La participación de Uruguay en el Sistema del Tratado Antártico es un componente de la política exterior del país que se sostiene sobre la base de cinco pilares que los países miembros acordaron respetar:
1. Renuncia al uso de armas y a la realización de operaciones como “el establecimiento de bases y fortificaciones militares, la realización de maniobras militares, así como los ensayos de toda clase de armas” dentro del Área del Tratado Antártico (ATA).
2. Cooperación para el desarrollo de investigación científica relevante.
3. Mantenimiento del status quo en relación con las reclamaciones territoriales existentes: “Ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras el presente Tratado se halle en vigencia constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial en la Antártida, ni para crear derechos de soberanía en esta región”.
4. Protección del medio ambiente (lo que implica entre otras cosas la prohibición de ensayos nucleares y de la eliminación de desechos radioactivos, la explotación de recursos minerales, y la regulación de la actividad pesquera).
5. Participación activa en los foros de cogobierno de la Antártida y el Océano Austral.
(Álvaro Soutullo. Uruguay en la Antártida: Oportunidades y desafíos como miembro consultivo del Tratado Antártico)